miércoles, 6 de marzo de 2013

LAS PRINCESAS DE MIS SUEÑOS.

A esta hora mis niñas duermen, me parece mentira, pero duermen y yo ya tengo la casa arreglada y he desayunado leyendo mis blogs favoritos, algo que no hacía desde hace mucho tiempo. Y yo en esta situación, me acerco a mirarlas y remirarlas y las veo tan bonitas, tan dulces, tan deseadas en mi vida que me considero la mujer más afortunada del mundo por tener esta privilegiada visión de mis dos princesas en mi cama ,a media noche cuando se meten en la cama y te quedas encajonada sin poder moverte es otro cantar, pero en este momento que las miro nada de eso importa y pararía el tiempo para poder tenerlas siempre así, pero el reloj manda y esto no se puede parar si no mi madre ya lo habría parado cuando estabamos todos en casa juntos.
Dentro de unos minutos seguro que oigo la vocecita de Ariadna llamándome:
-Mamiiiiiiiiii, estoy aqui en la cama grande ven conmigo.
Para que la abraze, la achuche y me la coma a besos antes de que Livia, mi pequeña teteadora, se despierte y quiera volver a desayunar y ya se acabó lo que se daba.
Después de desayunar y de ver la "Jungla sobre ruedas" y "La abeja Maya" nos arreglaremos e iremos a pesar a Livia y a ponerle las vacunas de los tres años a Ariadna, ¡espero que no le hagan reacción! Daremos un paseo aprovechando que no llueve y compraremos lápices de colores para colorear los libros de pintar que le regalaron a Ariadna por su cumple y esta tarde con un poco de suerte se dormirán la siesta y yo mientras podré terminar el vestido que le tengo empezado a mi princesa, bueno más bien vestidos para las princesas que tengo a punto de acabar.

            
             Yo con la pequeña teteadora, pero a ella no se la ve.


              Mis dos princesas


        Mi trasto que iba a hacer batuka con mami...jejeje.

Y para ese vestido que estoy a punto de terminar me irían genial estos zapatos rosas....bueno y los blancos y los celestes y ....

Y como esto ya estaba durando mucho, Livia empieza a reclamar su desayuno, su otro desayuno, jejeje. Un besito.

1 comentario:

  1. Tienes razón, cuando son así de pequeños dan ganas de parar el tiempo para poder tenerlos siempre así contigo!, a mi me pasa lo mismo, y el tiempo pasa tan deprisa...

    Bueno, que me pongo melancólica, los zapatitos me parecen una monería!.

    Un beso.

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