4. No juzgar a nuestros hijos.
Podemos expresar nuestra disconformidad, pero no atacamos la personalidad del niño o valoramos negativamente su conducta. Es decir, mi hijo no es más bueno o malo porque ha hecho una cosa bien o no. Mi hijo siempre es bueno, aunque a veces yo no le entienda o no me guste lo que ha hecho. En este sentido vean este diálogo:
Mamá: Cariño ha venido tía Marta. Ve a darle un beso.
Niño: No quiero.
Mamá: ¿Cómo que no quieres? Esto está mal. ¡Eres un niño malo!: Tía Marta te quiere mucho y tú no la quieres. Mamá no te querrá tampoco.
Niño: No quiero.
Mamá: ¿Cómo que no quieres? Esto está mal. ¡Eres un niño malo!: Tía Marta te quiere mucho y tú no la quieres. Mamá no te querrá tampoco.
A partir de aquí puede haber dos opciones o el niño monta un pataleta del tipo: ¡eres tonta y tía Marta también! y ya la tenemos liada. O bien, ante la idea de perder el amor de su madre, va y le da un beso a tía Marta, a lo que su madre responde: “¡Que bien! Así me gusta ¡Qué bueno eres!” con lo que el niño aprende que es bueno cuando no se porta como él siente y que solo obra bien cuando hace lo único que quiere su madre. Es decir, se nos quiere cuando disfrazamos nuestros sentimientos.
Ninguna de las dos soluciones es correcta, porque en ningún momento hemos evitado atacar la personalidad del niño (eres malo) y hemos valorado su conducta (esto esta mal o esto está bien). Si en lugar de ello hubiéramos entendido sus emociones, a pesar de mostrar nuestra disconformidad, el resultado podría haber sido:
Mamá: cariño ha venido tía Marta. Ve a darle un beso.
Niño: No quiero.
Mamá: Vaya, parece que no te apetece dar un beso a la tía marta. (reconocemos sus sentimientos).
Niño: Sí.
Mamá: Cuando las personas van de visita a casa de otra se les da un beso de bienvenida, aunque en ese momento no se tengan muchas ganas ¿lo sabías?
Niño: No. (Y si dice que sí, es lo mismo).
Mamá: ¿vamos pues a darle un beso de bienvenida a tía Marta?
Niño: No quiero.
Mamá: Vaya, parece que no te apetece dar un beso a la tía marta. (reconocemos sus sentimientos).
Niño: Sí.
Mamá: Cuando las personas van de visita a casa de otra se les da un beso de bienvenida, aunque en ese momento no se tengan muchas ganas ¿lo sabías?
Niño: No. (Y si dice que sí, es lo mismo).
Mamá: ¿vamos pues a darle un beso de bienvenida a tía Marta?
Normalmente a estas alturas el niño (que ha visto que le han entendido y que no le han valorado negativamente) suele contestar que sí. En el hipotético caso de que siga con su negativa podemos mostrar nuestra disconformidad:
Mamá: El hecho de que no se lo des me disgusta, porque en esta casa intentamos que la gente se sienta bien. ¿Qué podemos hacer para que tía Marta se sienta bien sin tu beso? (a lo mejor tía Marta es una barbuda de mucho cuidado y a su hijo no le apetece darle un beso, pero eso no implica que quiera que se sienta ofendida).
Niño: le diré hola y le tiro un beso.
Mamá: Me parece que has encontrado una solución que nos va a gustar a todos. ¡Vamos!
Niño: le diré hola y le tiro un beso.
Mamá: Me parece que has encontrado una solución que nos va a gustar a todos. ¡Vamos!
Y bien, ante esto ¡qué hago? Le digo : " hija, en nuestra casa no nos gusta ir con el culete sucio, pero entiendo que no te lo quieras cambiar porque hace frio (/que eso lo entiendo) asi que cuando se caliente el cuarto te lo cambiaré" Pero y si sigue con su negativa ¡la dejo con el pañal sucio y todo el día en pijama, incluso para ir a la calle? ¡o cuando pilla una rabieta porque no la dejo meterse las monedas o los botones en la boca?
¿Qué haceis vosotras con las rabietas?
Y ahora el experimento
El cuerpo es de un jersey de mi madre que le quedaba grande y la tela es la de las teteras. Le ha quedado un poco ancho y un poco largo para mi gusto, así que habrá que retocarlo y comprar zapatos leotardos morados, por lo demás ella estaba encantada con su "vestido-jersey"
Y de regalo una de las mico cantando "sueltalo, sueltalo..."
A veces nos sacan de quicio...... Pero creo que no hay q ceder pq enseguida aprenden! Pero esta es mi opinión, claro....... Sea como sea..... Paciencia!! Y feliz domingo
ResponderEliminarYo digo que en el justo medio está la virtud y que yo al menosno soy capaz de soltar al niño la retahila esa de en esta casa cuando viene alguien se saluda con un beso. Para mí es muy forzado y creo que la respuesta de mis hijas sería cachondearse en mi cara. Le digo que le de un beos y si no quiere pues nada. No pasa nada. En fin, que la teoría esta muy bien pero en la práctica hay que estar 24 horas con el niño en cuestión. Es lo que tu dices, yo la veo con monedas en la boca y no me pongo en plan cariño por favor en esta casa no se comen monedas. Se las quito como pueda y las alejo lo más posible. Más que teorías lo mejor es seguir el sentido común .
ResponderEliminarPaciencia! La etapa de las rabietas se pasará. Te lo digo por experiencia.
Un besote.
Hola guapa! por la etapa de las rabietas creo que todas hemos de pasar...jeje
ResponderEliminarPienso como maria que hay que poner en práctica el sentido común y como tú dices contar hasta 100 si hace falta pero a veces esas rabietas sacan de quicio hasta a un muerto!
Nosotros probamos a decirle.."NO TE PONGAS LAS ZAPATILLAS EH? NO TE LAS PONGAS.." y ella pensando que tenía más narices que nadie y que poniendoselas me iba a hacer rabiar cogía y se las ponía...Cuando no quería dar besito a los abuelos,probamos lo mismo...no le des beso eh? no se lo des...(ANTES POR SUPUESTO LE DECIAMOS DALE BESITOS A LOS ABUELOS! ) cuando veía que yo decía a algo que no lo hiciera ella lo hacía..y ahí que les plantaba sus besos!
No sé,cada madre tendrá su truquillo pero lo primordial es tener muuucha paciencia y pensar que las rabietas pasan...no hay mal que cien años dure! jeje
Besoss